Canadá es un destino hecho a medida para los amantes de la naturaleza. Sus extraordinarios paisajes son su mayor reclamo pero hay algo diferente en la forma de vivirlos. Su cultura está estrechamente vinculada a la fauna y la naturaleza y eso se percibe tanto en sus impolutas ciudades como en toda la oferta de ocio y aventura, siempre respetuosa con el ecosistema.
La mejor época para visitar Canadá es durante los meses de verano, cuando los días soleados y las temperaturas agradables son la norma.
La primavera, que comienza a fines de abril hasta principios de junio, también puede ser un momento encantador del año para visitar. El derretimiento gradual de la nieve revela bosques y flores silvestres, mientras que la vida silvestre canadiense resurge de la larga hibernación invernal. Septiembre se considera el pico de la carrera del salmón, que atrae a un gran número de osos. También marca el comienzo del otoño, con un espectacular follaje de otoño que dura hasta octubre.
Las regiones costeras suelen ser más templadas que las provincias de las praderas, y las cadenas montañosas atraen más lluvia y nieve en algunas áreas que en otras. Sin embargo, hace frío en todas partes en invierno y calor en la mayoría de los lugares en verano.
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