Myanmar es un destino donde sus paisajes llenos de templos y palacios reales sobreviven refrescantemente vírgenes. Pasea por las calles de Mandalay y Yangon, visita los centenarios templos budistas de Bagan y las estupas de Mawlamyine. Las atracciones naturales se extienden desde las tierras altas hasta el prístino archipiélago de Myeik, sin olvidar el lago Inle y el río Ayeyarwady.
La mejor época para visitar Myanmar es durante la estación seca, entre octubre y mayo. Todo el país es accesible, los templos brillan y las playas están abiertas, lo que hace que los viajes sean variados y gratificantes.
Myanmar tiene mucho que ofrecer durante todo el año. El viaje por el río Chindwin alcanza su punto máximo durante la temporada de lluvias y la gran vía fluvial brinda acceso a algunas de las áreas más hermosas y remotas del país. Una mezcla de coloridas tribus de las colinas y paisajes deslumbrantes transmite una imagen de Myanmar que pocos visitantes ven.
De junio a septiembre, las playas de Ngapali se cierran y las lluvias tan necesarias riegan las llanuras entre Mandalay y Bagan. Sin embargo, con la excepción de septiembre, no debe disuadirse de visitar durante este tiempo.
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